Parto natural bajo el agua

Cada día las mujeres son más conscientes de la importancia de tener un parto lo más natural posible. Aquello de tumbada en un ambiente hospitalario y sin prácticamente poder de decisión sobre lo que ocurre a nuestro alrededor está empezando a no convencer a muchas madres que exigen formas más respetuosas con ellas mismas para dar a luz.

Esto no significa una mayor inseguridad ni un aumento del riesgo, solo implica una participación más activa de la madre y que se respeten sus necesidades.

Los beneficios que ha traído la intervención médica a la hora de dar a la luz son innegables, pero quizá hayan asumido durante demasiado tiempo el protagonismo y la tendencia sea ahora a respetar más los ritmos naturales.


Una de las formas de parto alternativo más habituales es el parto bajo el agua


Dentro de esta tendencia, una de las formas de dar a luz más naturales y beneficiosas para la madre es el parto bajo el agua, es a la vez la forma menos traumática para el bebé de llegar al mundo. Recordemos que los niños están durante nueve meses inmersos en el líquido amniótico, un medio acuoso en el que se mueven a su gusto.

Llegar al mundo en un contexto similar les resulta mucho menos traumático y les permite una adaptación paulatina a su nuevo medio de vida. En el agua los sonidos, la luz y los movimientos se amortiguan, no es lo mismo amanecer en medio de las fuertes luces y los sonidos de un quirófano que en la calma del agua.

Además del bebé, la madre obtiene grandes beneficios si da a luz en el agua. Para empezar están sumergidas por lo que la dilatación se produce en un entorno que minimiza mucho el dolor. El agua a su vez ayuda a que los músculos estén relajados y los tejidos más blandos todo ello facilita el paso del bebé por el canal de parto, la madre percibe las contracciones con menor intensidad y en bebé llega al mundo de forma más sencilla.


La participación de la madre en el proceso y su seguridad son muy importantes


En todo este proceso es muy importante la concentración y predisposición de la madre. Hay que tener en cuenta que en este tipo de partos no hay epidural, la mujer debe saber que aunque esté en el agua va a tener dolores, por lo tanto debe estar preparada y haber practicado las respiraciones y la concentración. Normalmente las mujeres que apuestan por este tipo de partos lo tienen muy claro, por lo que el proceso les resulta mucho más sencillo que el dar a luz de forma tradicional.

Estos partos a su vez se llevan a cabo en entornos controlados, por lo que en caso de que surja alguna complicación se puede atender a la madre y al bebé de inmediato. En España por ahora son muy pocos los centros públicos que cuenta con esta posibilidad aunque ya se empiezan a encontrar hospitales que ofrecen bañeras adaptadas para parir bajo el agua, esto tiene la ventaja además, de contar con todos los avances médicos precisos en caso de que sea necesario.